Hoy cruzaba la calle y me volvió esta idea.
Desde pequeños nos enseñan a vivir ajenos a nosotros mismos. Parece que somos diferentes a nuestro cuerpo. Sólo hay que fijarse en expresiones como: "estar a gusto con uno mismo", "reencontrarse con uno mismo" o "mens sana in corpore sano".
Cuerpo por un lado. Mente / espíritu / conciencia por otro.
Esto tiene tres consecuencias. Que se me ocurran a estas horas, claro.
1. La primera es este post de blog prototípico.
Perdón, pero pasa a menudo.
2. La segunda: la escisión del yo.
Donde debería haber sólo equilibrio, o unidad, se abre un terreno pantanoso en el que hay que tener a las dos partes contentas. Lo fácil es decir "hay que aceptarse a uno tal como es" o "estar contento con lo que se es", pero eso no hace otra cosa que recalcar el hecho de la existencia de un más allá y un más acá. Una parte de mi yo debe aceptar (¿aguantar? ¿cargar?) otra parte diferenciada de... ¿mí mismo?
¿Cuál es la parte buena? ¿Cual es la bonaparte?
3. La tercera: ¿por qué quedarnos ahí?
¿El límite es dos? ¿Qué nos impide escindirnos más y más?
En el plano físico: hay mucha gente que considera al pene como una tercera persona en una relación.
En el plano mental: ¿qué nos impide crear de facto dos, tres, cuatro o n identidades?
Y lo interesante: ¿cual es la repercusión en la vida real de estas n identidades?
Digamos que un día decido escindirme. Mitosis voluntaria.
Digamos que busco una hora al día para ser otra persona. Otra persona más. Ad hoc.
Digamos que de 23:00 a 23:30 cuando esté solo, seré Plano Secuencia. Es decir, cuando Plano Secuencia sea, será porque se haya quedado sola otra persona. Otra persona que no es Plano Secuencia. De hecho, otra persona que no es cuando Plano Secuencia es.
Situemos una conversación a las 09:00 de, por ejemplo, mañana:
-¿Eres Plano Secuencia? -me preguntarían.
-Sí. -me vería obligado a decir.
Y me vería obligado a decirlo por un hecho muy sencillo: porque es Plano Secuencia y no otra persona, la que escribe esto.
Situemos esa misma conversación a las 09:00 de, por ejemplo, mañana:
-¿Eres Plano Secuencia? Odio tu blog -diría una persona con menor o mayor criterio.
-No, te equivocas. -diría otra persona. Aunque puede que Plano Secuencia se removiera en algún lugar no muy lejano de esa otra persona.
Así que no es sólo importante hacer la pregunta adecuada, sino también a quién hacérsela.
Aunque esta entrada haya quedado un poco abstracta, todo lo aquí leído es cierto. Y todas las personas que tienen un blog, en mayor o menor medida, hacen lo mismo.
¿Qué no es un blog sino un lugar para ser?
Una persona. Diferente.


Entonces nos convertiríamos a ser mezclas heterogéneas. Yo prefiero apostar por las disoluciones, que pueden alcanzar un potencial insospechado (y suculento).
ResponderEliminarMe encanta leer tu blog. De verás, no pares de escribir.
ResponderEliminarI: He tenido alguna pequeña experiencia indirecta con el tema de las disoluciones. Lo de "quedarse a cero e intentar ver qué queda" es bastante complicado y duro, ya que implica renunciar a relacionarse con gente que pertenece a determinados círculos. Es interesante para uno mismo, pero puede ser doloroso para la gente que te quiere.
ResponderEliminarSara: gracias, qué bien que alguien me lea :)
No me refería a "quedarse a cero", al contrario. Tú planteabas la posibilidad de que adquiríeramos personalidades diferentes y yo, que la riqueza está en conjugar todos los matices de esas personalidades en una, sin dejar de ser sólo "uno". Así, la respuesta a "¿Eres Plano Secuencia?" siempre sería "sí", a cualquier hora del día.
ResponderEliminarA mí también me gusta tu blog, así es que ¡quiero mis gracias correspondientes! ;)
Uy, lo que yo había entendido era bastante más radical :) Supongo que todas las posturas tienen sus pros y sus contras...
ResponderEliminar¡Gracias por supuesto!